sábado, 23 de julio de 2011

artecorreo | la publicación

Museo de la Ciudad de México
22 de julio 2011
Hacer del intercambio postal empeño presente necesario
(Arte Correo, la publicación
)
Sol Henaro

Hace algunas semanas (no recuerdo el contexto exacto) conversaba con una colega a quien denominaré Z. Frunciendo el ceño, Z puso en duda un comentario mío por lo que al notar su gesto de incredulidad, quise sostener y sopesar con ella.

Hablábamos sobre el lugar de la curaduría hoy día en relación a hace 10 o 15 años. Dilucidábamos sobre las nuevas generaciones de practicantes de la historia del arte y cómo la entienden –o la repiten y solidifican- muchos de ellos. Creo que hay agentes del medio artístico (y no necesariamente provienen de esa disciplina, de historia del arte) que intentan hilvanar otras lecturas sobre los relatos de la historia del arte mientras que Z, al respecto, veía un panorama más bien yermo donde a su parecer, prácticamente nadie se interesa por re-pensar la historia por lejana o inmediata que esta sea a nosotros. Yo no lo veo así, que probablemente no son muchos los que intentan articular una mirada crítica sobre las amnesias de los relatos historiográficos puede ser cierto, pero de que hay singularidades que pugnan al respecto, no tengo dudas. Pocos después de esta escena sintetizada, Mauricio Marcín puso en mis manos la publicación “ARTECORREO” y entonces, el ceño fruncido de Z que permanecía en mi memoria, se disipó de un palmo. Para muestra, basta un botón… y hoy precisamente nos reunimos para celebrarlo.

Este robusto ejemplar contiene uno de las primeras antologías que habían permanecido bajo el estatus de “pendiente” o bien, a manera de reclamo recurrente en los post-coctéles o en las sobre mesas sin tomar cartas en el asunto: “debería haber una publicación que recoja todas esa producciones, increíble que en este país no se genere memoria!”

Precisamente con una vocación anti nuevos aplazos Marcín y su conjunto de colaboradores cercanos se dieron a la tarea en el 2008 de investigar y ubicar tanto acervos como protagonistas del arte correo en México echando a andar la revisión de algunos ejercicios específicos que tuvieron lugar o atravesaron por México. Pesquisa que se concretó primero bajo formato expositivo en este mismo museo a finales del 2009 y posteriormente, bajo formato editorial donde versaron otra cara de la investigación. Las exposiciones sin duda son importantes por ponernos en contacto directo con aquellos materiales, obras y demás residuos relacionados con determinado marco de estudio pero la publicación cobra otro relieve al permitirnos –sin depender del espacio expositivo- que las reflexiones continúen su expansión, que se impliquen otras lecturas a propósito y que el lector pueda consultar a su tiempo y en distintos momentos, lo ahí cuidadosamente reunido. Es también un dispositivo-diáspora que continuará provocando nuevas articulaciones.

En el texto de presentación, su curador confiesa el deseo que al inicio de la investigación se apoderó del equipo: el ansia por encontrarlo todo y por generar la cartografía más completa al respecto. Por suerte, se percataron del impulso megalomaníaco y optaron por concentrarse en trece archivos cuyas singularidades se antojan de inmediato: Poesía concreta, Mathias Goeitz, Pedro Friedeberg, Felipe Ehrenberg, Clemente Padín, Solidarte/México, Mauricio Guerrero, Manuel Marin, Grupo Março, Marcos Kurtycz, Polvo de Gallina Negra, Poema Colectivo Revolución, Ulises Carrión y Arte Fax.

La reunión de estos archivos/proyectos significa una oportunidad sin antecedente para entrar en contacto con producciones específicas que han sido poco visibilizadas como, por poner un ejemplo, la potencia que significó el proyecto Solidarte/México el cual, a través del arte correo, creo una red internacional de solidaridad y denuncia sobre los ejercicios de poder por los que atravesaban diversos países en América Latina.

Fruto de comunicaciones equivalentes al intercambio postal (me refiero a la herramienta del correo electrónico o el skype) Mauricio ha contactado a distintos detectives salvajes del arte correo internacional con los que ha mantenido comunicación y a los que ha implicado en esta legión impresa, me refiero a los aportes que sumaron Jennifer Josten, quien desarrolla actualmente su tesis doctoral sobre Mathias Goertiz y que aquí explora la relación de Goertiz con la poesía concreta y la exposición que impulsó éste en la desaparecida Galería Aristos; Fernanda Nogueira que convida una reflexión potente sobre la práctica artística y militante del uruguayo Clemente Padín; Verónica Gerber que hila aspectos sobre el concepto de exilio en la obra de Ulises Carrión o Daniel Garza Usabiaga que aborda la producción de uno de los arte correistas más constantes y determinantes del arte correo en México: Mauricio Guerrero. También vertebran esta memoria impresa el testimonio escrito de Felipe Ehrenberg, la entrevista sostenida por Marcín con las integrantes de Polvo de Gallina Negra (Mónica Mayer y Maris Bustamante) y la revisión a distancia del Poema Colectivo Revolución por parte de Araceli Zúñiga y César Espinosa.

Del arte correo nunca dejará de estimularme el territorio de posibilidad que significó para todos sus practicantes: libertad de expresión, de desplazamiento por geografías imposibles para los cuerpos que en ese momento vivían bajo sistemas de censura y control o bien, debido a la limitada economía de muchos de estos productores artísticos para viajar fuera de sus países pero, principalmente, me asombra la cantidad de nuevos afectos y complicidades que suscitó así como la gran red que ha significado. Arte correo como artefacto de sentido contenido en un sobre… Sobredosis de signos entrecruzados –pero siempre articulados bajo alguna lógica no tradicional- arrojados a un buzón metálico en el mar que significa la ciudad. El correo postal tal vez sea para algunos un residuo en la memoria o desplazamiento ocioso para otros más jóvenes curtidos en las comunicaciones electrónicas o en la economía de frases twiterianas.

Espero que tanto la exposición (que recientemente itineró a la Ciudad de Oaxaca) como ésta publicación de arte correo, susciten deseo en otros para extender nuevos hilos de madeja. Que vengan otras lecturas sobre el arte correo, que desplieguen a partir de esta o que impugnen alguna de las ideas que la atraviesan, que aparezcan otros archivos y nuevos apetitos por generarles lógicas de lectura, que otros se sientan invitados, interpelados, ofendidos, atraídos pero que no queden impávidos o indiferentes ante los guiños que aquí se ofrecen pues “la historia” debe ser relatada colectivamente y desde posiciones plurales para enriquecerla y no para cimentarla dentro del relato historiográfico ya que, como bien apunta el propio Mauricio Marcín en una modesta pero firme nota a pie de página en su texto introductorio: La historia tanto escribe como borra.


Por su trabajo, atención y cuidado que dieron a esta publicación gracias también a: Maru Calva (por el diseño), Gabriel Batiz y Juan Caloca (por la digitalización de imágenes), Rodrigo González (por corrección de estilo), Ana Alba (cuidado de preprensa) y desde luego tanto a Mauricio Marcín como a Cristina Faesler, por hacer posible este nuevo “lugar” para la memoria.

Felicidades Mau!

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