jueves, 5 de marzo de 2009

Proyecto: (Entre paréntesis) Carla Herrera Prats::CC


Foto cortesía de la artista.
Tomado de http://www.el-universal.com.mx/columnas/61018.html
Exposición en Celda Contemporánea

Artes Visuales
Mónica Mayer

06 de octubre de 2006
Historias oficiales

El día que entendí que la HISTORIA era un material maleable, salpicado de poder, que variaba de acuerdo a quién y cuándo la escribía; pero también a quién y cuándo la leía, me entristecí tanto como al enterarme de que los Reyes Magos eran mis papás.

Ese día perdí la "historia" con mayúsculas, pero encontré las historias y los cuentos.
Con el tiempo me he reconciliado con esta realidad al grado de jugar con ella en la medida de mis posibilidades. Sé que mi labor en estas páginas, a lo largo de los últimos 18 años, ha ido conformando una pequeña historia del arte contemporáneo mexicano y en particular de las mujeres artistas. También sé que si tengo éxito, a la larga lo que escribo pensando ingenuamente que es un pedazo de la realidad que había sido descuidado, probablemente se convertirá en parte de una visión oficial. O por lo menos eso creía.

Hace unos días, cuando visité la exposición Historias oficiales, de Carla Herrera-Prats (ciudad de México, 1973), en la Celda Contemporánea, mi pequeña ficción personal de la historia se reventó. Ahí, ante mis ojos, estaba la prueba de que las fuerzas detrás de la HISTORIA son mucho más poderosas que las voluntades individuales.

El trabajo de Carla Herrera-Prats es -siempre ha sido- devastadoramente directo.

Como una artista conceptual rigurosa, su trabajo descuartiza metódicamente las estructuras de la representación y desmonta los discursos que están tan arraigados en la sociedad que ni siquiera los distinguimos. Ella es capaz de hacernos ver que no somos lo que creemos ser, y hasta los aspectos más profundos de nuestra identidad provienen de formas de representación impuestas por el poder.

En 2001, escribí sobre Mi no boda, la exposición de Herrera-Prats en la que se apropió de las fotos de boda de amigas y parientes y sustituyó digitalmente sus rostros por el suyo. En esa ocasión me fui con la finta de que la joven artista, a manera de cuestionamiento, quizás un poco inocentemente, también jugaba a proyectarse en un rol social que nos han vendido desde tiempos inmemoriales. Después de ver las agresiones que recibió en el libro de visitas en dicha muestra de gente ofendida por haberles roto el mito, y de ir a su reciente exposición en la Celda, me queda claro que Herrera-Prats no es ingenua, y que sus estrategias para descubrir los juegos de poder detrás de la imagen son filosas.

En Historias oficiales, Herrera-Prats se metió con el eje fundamental de la política cultural mexicana de los últimos 90 años, mismo que ha servido para conformar nuestra identidad nacional y el rostro de México ante el mundo: nuestro glorioso pasado indígena. Herrera-Prats rastreó 100 catálogos de exposiciones de arte prehispánico mexicano presentadas en el extranjero, entre 1959 y 2005. Reunió algunos y consiguió la imagen de la portada de otros. También analizó los libros de texto gratuito de primaria de distintas décadas para encontrar sus contenidos de historia prehispánica. Colocó esta información en dos salas separadas, en ambos casos distribuyendo los materiales a lo largo de una línea del tiempo.

El ojo atento descubrirá, entre otras cosas, cómo utiliza el Estado a la cultura y, curiosamente, que entre más esfuerzos hace por presentar un pasado glorioso ante el mundo, menos insiste en que los niños conozcan la historia antigua de su país.

Al salir de la exposición me quedé con la sensación de que algo me faltaba, siempre me ha faltado: era la historia de los últimos cinco siglos de los grupos indígenas, a quienes debemos ese glorioso y manipulado pasado. ¿El poder realmente logró hacerla invisible?

http://www.pintomiraya.com.mx
Texto originalmente en: El Universal.

Ver: http://www.carlaherreraprats.com/pages/official_description.html

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