jueves, 5 de marzo de 2009
Sobre la Celda Contemporánea:::Fernando LLanos
Diseño del cartel: Alejandro Magallanes
Intervalos con alma punk.
Exposición de videos de Sarah Minter/Celda Contemporánea
Texto de Fernando LLanos
Para: Replica21.com
"Las personas debemos el progreso a los insatisfechos".
Aldous Huxley
Ante la terrible amnesia que este país sufre, específicamente en las lagunas mentales por las que flotamos en la no-historia del videoarte mexicano, hay que agradecer la iniciativa de la curadura Sol Henaro por presentar una apuesta tan valiosa como la exhibición Intervalos de Sarah Minter, en la Celda Contemporánea de la Universidad del Claustro de Sor Juana, uno de los pujantes espacios para el arte contemporáneo en la actualidad.
En un ambiente del arte actual donde la mayoría sólo se regodea entre las ocurrencias de ciertos individuos y/o los incestuosos “autoleogios” grupales, es muy inusual que un espacio se dedique a llenar estos huecos tan grandes, para los que nos interesa el arte en video de este país.
No existe una mediateca de consulta donde se pueda ver que se ha hecho anteriormente en el videoarte mexicano, ni una historia que nos diga quién, que, cuándo y cómo se hizo. Por eso, este pequeño oasis videográfico es una excelente ventana para conocer mucho del trabajo de esta ya madura videoasta.
Personaje clave dentro de este ámbito en México, Sarah Minter ha estado activa tanto en el rubro de la producción como en cuestiones de investigación, difusión y enseñanza. Comenzó a hacer video en los ochentas y fue premiada en diferentes circuitos; después generó junto con otras personas proyectos de difusión como “La sala del deseo” en el Centro de la Imagen. Posteriormente, a principio de los noventas, realizó los primeros talleres de video del país en la Casa del Lago, y a finales de esa misma década levantó, en la escuela “La Esmeralda” del Centro Nacional de las Artes, el Taller de video de donde han egresado muchos artistas que hoy día trabajan con este formato. Actualmente, aparte de seguir desarrollando proyectos como el que nos presenta en esta exposición, también es partícipe de una investigación en red para reconstruir la historia del videoarte mexicano.
Como podemos ver, su carrera constituye un proyecto de varios años trabajando en pro de la cinta magnética audiovisual, y la presente exhibición es una muestra cristalizada que evidencia dichos esfuerzos de dos maneras.
Por un lado se cuenta con una selección retrospectiva de la obra videográfica de Sarah, donde podemos apreciar obras muy conocidas como: Nadie es inocente (1987), Video road (1982, co-realización con Gregorio Rocha) y Alma punk (1991-92).
Aparte de ser fundacionales en la historia del video por los premios que recibieron, se trata de verdaderas joyas dentro de la arqueología videográfica del país. En los ochentas, en la escena del video a nivel mundial había un interés por las temáticas sociales. El hecho de desembarazar al medio de cuestiones formales y confrontarlo con la televisión, desencadenó contenidos que apuntaban a la realidad que les rodeaba. En nuestro territorio Sarah Minter y su entonces pareja Gregorio Rocha, fueron de los principales protagonistas en manejar este perfil. Los trabajos de docu-ficción en colaboración con bandas de zonas marginadas de la gran metrópoli, son un sello característico de videos como Nadie es inocente o Alma punk.
Por el otro lado, tenemos la apuesta más reciente (digamos hecha ex profeso para este espacio) con la que Minter nos plantea la videoinstalación que da nombre a la muestra. Intervalos consta de 16 video-secuencias que funcionan tanto de manera independiente, como en relación a los demás trabajos. Unidades narrativas autónomas que mediante el recorrido del espectador pretenden generar una lectura del todo personalizada, o en sus propias palabras “el espectador se desliza por el espacio, lee en un orden espontáneo y conecta libremente un video con otro. De manera interactiva conecta una secuencia con otra.” Esta apuesta es interesante por el planteamiento de lectura espacial que vincula las unidades monocanales. Intervalos rompe con la costumbre museográfica de presentar todo en una sola pantalla con varias ventanas simultáneas, lo cual limita o ensucia un poco la vivencia de cada trabajo y su conexión con los demás contenidos. En contraste, Sarah nos ofrece una serie de monitores con videos independientes que permiten al visitante moverse y armar su propia lectura, siendo la misma artista y su vida el lazo conductor entre las obras.
Otra cosa que funciona dentro de las piezas es el rigor con el que utiliza sus recursos y experimenta con la manera de construcción en la edición, sobreposiciones con facturas nada pretenciosas, sin grandes efectos visuales, mas bien con un carácter orgánico, haciendo que sus trabajos tengan cierta frescura.
Esta sencillez de recursos formales y de construcción, le da una contundencia al todo, donde contenido y forma son coherentes, en torno a esta postura la autora menciona “No son acciones espectaculares, o dramáticas, son acciones o eventos que representan mi propia pequeñez, mi propia dimensión humana de un ser entre seres”. Estos nodos videográficos, “colección de instantes y/o eventos íntimos y privados, una especie de memoria de la cotidianidad que sigue acumulando instantes” contienen aciertos como el chamánico video titulado Hikuri, en el que la autora viaja al desierto en compañía de su pareja a realizar un viaje bajo los efectos del peyote; el sencillo y contemplativo Autorretrato 1 y el romántico The first bath, a través del cual podemos ver de nuevo a la pareja en la intimidad de un baño de burbujas.
Sólo hay algo que quedó sin resolverse en esta apuesta, y es el típico problema de la contaminación de audios cuando se tienen tantos monitores en un solo espacio. Es interesante poder ver como esta artista del video apuesta a la reinvención después de algunos años de no haber sacado nada al aire. Ojalá este tipo de espacios como La Celda, con este tipo de contenidos, no tengan tantos intervalos en la escena de esta ciudad.
La exposición Intervalos, retrospectiva de Sarah Minter, se encuentra en:
Celda Contemporánea de la Universidad del Claustro de Sor Juana,
en San Jerónimo 24, Centro Histórico, atrás del metro Isabel la Católica.
Permanecerá abierta hasta el 31 de enero 2005, y puede ser visitada de:
lunes a viernes de 10:00 a 18:00 y sábados de 10:00 a 13:30 horas.
Permanecerá cerrada del 19 de diciembre al 4 de enero.
La entrada es libre.
Tomado de: http://www.replica21.com/archivo/articulos/k_l/358_llanos_minter.html
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